jueves, 23 de abril de 2009

Por el placer de la lectura


El 23 de abril es una fecha simbólica en la literatura mundial. Ese día, del año 1616, fallecieron Cervantes, Shakespeare e Inca Garcilaso de la Vega. También en un 23 de abril nacieron o murieron eminentes figuras de las letras

Tomado de BBC
Es por esta razón que la Conferencia General de la UNESCO decidió adoptar esta fecha para rendir un homenaje mundial a los libros y a sus autores, y alentar a los jóvenes y no tan jóvenes a descubrir el placer de la lectura.

Desde 1996, cada 23 de abril, millones de personas, en más de un centenar de países se unen en la celebración de las múltiples funciones del libro en la vida de las sociedades humanas.
Editoriales, librerías, bibliotecas, escuelas, centros culturales y sociedades de autores de todo el mundo se movilizan así para conmemorar este Día Mundial y poner de relieve el papel que desempeña el libro en la sociedad de nuestros días.

Origen español
Pero a pesar de que hoy en día el día del libro es una celebración mundial, las raíces de este homenaje se remontan al reinado del Alfonso XIII. El 6 de febrero de 1926 el soberano firmó un Real Decreto por el que se creaba oficialmente la Fiesta del Libro Español, que se celebraría en la fecha que entonces se creía que había nacido Cervantes, el 7 de octubre.

Por eso, hasta 1930, el 'Día del Libro' se festejaba el 7 de octubre. Luego la celebración se trasladó al 23 de abril, día éste en que probablemente falleció el escritor, si bien los expertos parecen coincidir en que murió, en realidad, el 22 de abril.

La festividad, sin embargo, fue idea del escritor y editor valenciano, afincado en Barcelona, Vicent Clavel Andrés. Clavel hizo una propuesta a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona y ésta se hizo eco de ella.

La celebración se arraigó rápidamente en Barcelona y se extendió por toda Cataluña, aunque el propósito oficial se fue diluyendo poco a poco al coincidir con el día del santo patrón, conocido como Diada de Sant Jordi (Día de San Jorge), mientras en otras zonas la fiesta se mantenía con escasa importancia o incluso desaparecía.

Con el tiempo se hizo tradicional en Cataluña el intercambio y regalo de rosas y libros entre parejas y personas queridas en esa fecha, convirtiéndose en una de las jornadas populares más celebradas.

En España también se ha elegido esta fecha para la entrega anual de los Premios Cervantes, el mayor galardón que se otorga a los autores hispanos.


Tomado de El Universal
Cervantes, Shakespeare, Inca Garcilaso de la Vega... podrían ser suficientes motivos para celebrar hoy, 23 de abril, el Día del Libro, Día del Idioma, Día de Sant Jordi con la rosa y el libro.

En Venezuela la situación del libro tiene varios aspectos, y el más resaltante es el control de divisas y el requisito del Certificado de No Producción, con lo cual la importación de libros extranjeros se ha reducido dramáticamente.

La presencia del libro editado en el exterior es tan importante, que de acuerdo con los estudios promovidos por la Cámara Venezolana del Libro (Cavelibro), la demanda sobre los textos de afuera es muy alta: según el Segundo estudio del sector del libro en Venezuela (2007), el porcentaje de librerías que no realiza importación de libros ascendió de 72% (según el Primer estudio de 2004) a 85% (2007).

En cuanto a los datos aportados por las distribuidoras privadas de libros, los mismos estudios citados detallan que para 2004 el 95% de las ventas de libros eran importados, y sólo 5% nacionales; mientras que para 2007 bajó a 91 y 9%, respectivamente para la misma data.

Las opiniones se enfrentan en torno a estos hechos, los anaqueles de las librerías "hablan" por sí mismos; más aun cuando la demanda de libros se ha visto incrementada desde los últimos cinco años, cuestión que ciertamente ha favorecido a la industria editorial nacional.

¿Pitos y loas por el libro?
El narrador y editor (Memorias de Altagracia, sello alternativo) Israel Centeno asegura que tal día como hoy "no hay nada que celebrar, yo creo que la gente sensata tiene poco qué celebrar. Sólo celebro con mi biblioteca, que la pude hacer durante la Cuarta República y la primera parte de la Quinta".

La presidenta de Cavelibro, Yolanda de Fernández, lo contradice, y afirma que el hecho de que haya problemas en el sector del libro "no implica que no celebremos, y será con el Festival de la Lectura en la plaza de Altamira".

Esta posición la refrenda Carolina Saravia, directora editorial de Alfa, para quien "esta no será la primera ni será la última oportunidad en la que el sector del libro ha tenido que derribar barreras y sortear vicisitudes para mantenerse a flote"; y agrega que "el sector del libro también debe celebrar los cambios notables que han ocurrido en cuanto a las preferencias de los lectores venezolanos, aumentando no sólo la cantidad de ejemplares vendidos sino la variedad de títulos escogidos. Hoy en día, nuestros autores nacionales son referentes culturales que agotan ediciones".

Por su parte, el librero Andrés Boersner (Librería Noctua) afirma que "si se trata de celebrar el libro, todos los días son buenos para hacer algo". Desde su recinto observa cómo "la existencia de libros ha ido mermando, especialmente desde hace dos años para acá; y eso no tiene miras de solucionarse, sino de agravarse. Mientras el libro permanezca en esa famosa lista de bienes no prioritarios, no habrá dólares".

Boersner destaca que la presencia de libros importados siempre es insustituible, aunque haya aumentado el mercado interno; lo cual es similar "para México y España, y nosotros no lo hacemos menos".

Más que echar en falta a las novedades editoriales, tanto Centeno como Boersner extrañan los clásicos.

"He tratado de conseguir En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, y no pude, no hay quién te lo venda. Como tampoco los libros de Ray Bradbury", deplora Centeno.

Boersner quisiera ofrecer a sus clientes clásicos como Albert Camus, Hermann Hesse, Cioran, "son libros que se consiguen en cualquier librería de un país de habla castellana. No son exquisiteces, sino clásicos. Los importadores le dan prioridad a los bestsellers, no a los de estudio, y eso lo vemos hasta con Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, que no está en el país. Hace años que la gente no lo consigue, como tampoco otros de Historia".

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