Tomado de El Informador
Considerado el Padre del Modernismo y puente obligado entre las letras de España y Latinoamérica, el poeta nicaraguense Rubén Darío, quien nació el 18 de enero de 1867, es un verdadero hito de las letras hispánicas, al dejar como legado literario obras como "Azul" y "Cantos de Vida y esperanza".
Félix Rubén García Sarmiento, por su nombre real, nació en San Pedro de Metapa, provincia de Nicaragua, en el seno de una familia de origen indoespañol; sus padres fueron Manuel García y Rosa Sarmiento Alemán.
Desde sus primeros años de vida demostró un talento precoz que lo llevó a publicar su primer poema a los 12 años; se trataba del soneto "La Fe", que le abriría el camino para que un año después aparecieran sus primeros versos en el diario "El termómetro".
En 1882, el joven se presentó ante el presidente de su nación, Joaquín Zavala, y tras leer un poema en el que criticaba ampliamente la religión católica y a su patria, perdió la oportunidad para realizar estudios en Europa.
Cuatro años después, en 1886, se trasladó a Chile, donde comenzó una carrera más sólida en la literatura y dos años después publicó "Azul", sin imaginar que encabezaría varios movimientos literarios en España, Argentina y Nicaragua.
El más importante de ellos fue el Modernismo, al que los especialistas califican como una recopilación de tres movimientos europeos: Romanticismo, Simbolismo y Parnasianismo, ideas que expresan pasión, arte visual y armonías como música.
Para la crítica, Darío fue un genio de este movimiento, pues su estilo era exótico y colorido y cada uno de sus poemas tenía impregnado un arcoiris de sentimientos, evidencia de ello es su pieza "Canción de otoño en primavera".
Su estilo fue copiado por varios escritores, quienes le dieron un toque elegante y de esta forma ayudaron al nicaraguense a mejorar su trabajo, que tiempo después comenzó a ser reconocido a nivel mundial.
Su perfecta escritura y narrativa, además de su talento nato, lo llevaron a España, donde sucumbió ante la influencia liberal europea y pronto las nuevas ideas se reflejaron en su poesía romántica. Su vida profesional estuvo ligada a las decisiones que tomaba en su vida privada, pues en 1890 se casó con Rafaela Contreras en El Salvador y posteriormente se trasladó a Guatemala, para después viajar a España, en 1892.
Luego de su estancia en Europa residió en Argentina, donde al lado del argentino Leopoldo Lugonés y el boliviano Ricardo Jaimes Freyre, encabezó el movimiento Modernista.
Viajó a Europa como corresponsal del diario "La Nación" de Argentina y recorrió numerosos países. Residió en las ciudades de Madrid y París, y en 1902 contrajo nuevas nupcias con Francisca Sánchez.
Años más tarde, su ardua labor literaria le valió ser nombrado "Ministro Plenipotenciario" de Nicaragua en España, de donde volvió a su país natal donde murió el 6 de febrero de 1916, en su hogar, situado en la provincia de León. Entre sus obras más destacadas figuran: "Canto épico a las glorias de Chile" (1887), "Azul" (1888), "Primeras notas" (1888), "Los raros" (1893), "Prosas profanas" (1896), "España contemporánea" (1901), "Tierras solares" (1904) y "Cantos de vida y esperanza" (1905).
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