Tomado de El Mundo
Utiliza con gran mesura las palabras, pues como uno de los más significativos mediadores entre la cultura árabe y occidental es consciente de la responsabilidad de su papel. "Uno habla muy rápidamente, pero lo que uno dice debe ser bien meditado", afirma Adonis, que en realidad se llama Ali Ahmad Esber. El poeta sirio-libanés afincado en París cumple con el inicio del año 80 años.
Su cautela es comprensible. Desde hace 50 años, este escritor y pensador ajeno al dogma participa en el debate político con tesis provocadoras. Cuando el poeta y el 'homo politicus'se convierta en Año Nuevo en octogenario podrá echar la vista atrás a una carrera de 60 años que lo convierten en uno de los renovadores más radicales del mundo árabe.
Adonis, cuyo nombre se baraja desde hace años para el Premio Nobel de Literatura, forjó su poesía de su continua peregrinación entre las figuras del pensamiento orientales y occidentales.
Relaciona figuras como Ulises, Sísifo u Orfeo con la mística islámica y confronta la poesía árabe con la cosmovisión de Holderlin, René Chars o Nietzsche, pensadores de la modernidad que hasta la fecha han suscitado enérgicos debates.
El arte lírico de Adonis tiene en parte un aspecto profético, dado que su poemario 'Epitafio para Nueva York', publicado en los años 70, está considerado un vaticinio poético de los atentados del 11 de septiembre por la visión de hundimiento de la metrópolis por excelencia del mundo occidental.
Lo que Adonis consigue es plasmar negro sobre blanco en forma de verso, algo que va mucho más allá de una hermosa poesía. Es un "proyecto cultural civilizado para volver a reescribir la historia árabe y redefinirla", explicó el intelectual.
Recurriendo a los poetas árabes clásicos, que fueron críticos con la religión, intenta volver a reavivar esa honestidad.
Su cautela es comprensible. Desde hace 50 años, este escritor y pensador ajeno al dogma participa en el debate político con tesis provocadoras. Cuando el poeta y el 'homo politicus'se convierta en Año Nuevo en octogenario podrá echar la vista atrás a una carrera de 60 años que lo convierten en uno de los renovadores más radicales del mundo árabe.
Adonis, cuyo nombre se baraja desde hace años para el Premio Nobel de Literatura, forjó su poesía de su continua peregrinación entre las figuras del pensamiento orientales y occidentales.
Relaciona figuras como Ulises, Sísifo u Orfeo con la mística islámica y confronta la poesía árabe con la cosmovisión de Holderlin, René Chars o Nietzsche, pensadores de la modernidad que hasta la fecha han suscitado enérgicos debates.
El arte lírico de Adonis tiene en parte un aspecto profético, dado que su poemario 'Epitafio para Nueva York', publicado en los años 70, está considerado un vaticinio poético de los atentados del 11 de septiembre por la visión de hundimiento de la metrópolis por excelencia del mundo occidental.
Lo que Adonis consigue es plasmar negro sobre blanco en forma de verso, algo que va mucho más allá de una hermosa poesía. Es un "proyecto cultural civilizado para volver a reescribir la historia árabe y redefinirla", explicó el intelectual.
Recurriendo a los poetas árabes clásicos, que fueron críticos con la religión, intenta volver a reavivar esa honestidad.
Modernización de la sociedad árabe
Así, el objetivos de la "modernidad árabe" es doble: tanto una renovación poético-artística de la lengua árabe como una modernización socio-histórica de la sociedad árabe. La conexión cultural entre este y oeste también juega en ello un papel clave.
Su conclusión es: "¿Quieren conocer Occidente? Entonces aprendan a conocer el Oriente". Y como Adonis se desenvuelve tanto en la literatura de Oriente como con la de Occidente, a él se le puede aplicar el caso contrario.
La obra del poeta, nacido en 1930 en el norte de Siria, se ha visto fuertemente marcada por su trayectoria vital. Vivió el proceso de independencia de su país, en el que organizó protestas y acciones contra las tropas francesas estacionadas en Siria.
Y mientras cumplía el servicio militar, en 1954-1956, pasó 11 meses en prisión por sus actividades políticas. De allí se marchó en 1956 a Beirut, una ciudad más liberal, donde trabajó como profesor, periodista y crítico literario. En la revista de vanguardia 'Shir' (poesía) aunó el mundo árabe con la poesía moderna. Por razones de seguridad dejó Beirut en 1986 y se mudó a París.
Desde principios de los años 60, Adonis mira más allá de las fronteras culturales occidentales y árabes en su lírica. Publicó varias antologías como 'Introducción a la poesía árabe' o 'Poesía y poética árabes' y sus libros de versos fueron traducidos al español, al italiano o el sueco, entre otros. Entre ellos figuran: 'Libro de las huidas y mudanzas por climas del día y de la noche' o 'Este es mi nombre'.
Adonis ha dejado impronta en toda la lírica árabe de Cercano Oriente y el norte de África. Para Adonis, "independientemente del lugar físico en el que uno viva, exite la tierra de la cultura y la creatividad". Esa ausencia de patria se puede encontrar en su libro de poemas 'Canciones de Mihyar el de Damasco'. Para Adonis, el deambular de Ulises es un símbolo de la liberación.
Dos poemas de Adonis
El confín del cielo
Sueña que tira sus ojos en lo profundode la ciudad venidera. Sueña que danza en el abismo.Sueña que desconoce tanto los días que decoran las cosas como los que las crean.
Sueña que se alza, que se desploma, como la mar, que azuza los secretos, comenzando su cielo en el confín del cielo.
El dios ha muerto
Quemé hoy el espejismo del sábado, el espejismo del viernes.He tirado la máscara de mi gente, la máscara de la casa.He cambiado al dios ciego de la piedra y al dios de los siete días, por un dios.
Sueña que tira sus ojos en lo profundode la ciudad venidera. Sueña que danza en el abismo.Sueña que desconoce tanto los días que decoran las cosas como los que las crean.
Sueña que se alza, que se desploma, como la mar, que azuza los secretos, comenzando su cielo en el confín del cielo.
El dios ha muerto
Quemé hoy el espejismo del sábado, el espejismo del viernes.He tirado la máscara de mi gente, la máscara de la casa.He cambiado al dios ciego de la piedra y al dios de los siete días, por un dios.
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