Tomado de Público.es
La Federación de Gremios de Editores de España teme más a la piratería de libros electrónicos que a la crisis económica. Su director ejecutivo, Antonio María Ávila, manifestó ayer que, en 2009, "la industria perdió 150 millones de euros" por la descarga gratuita de e-books con copyright. 50 millones más que las pérdidas producidas por las fotocopias. También señaló que la Coalición de Contenidos Culturales y el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO) ya habían localizado "hasta 200 páginas web que piratean con libros".
Estos datos forman parte de un informe que ha elaborado la Federación de Editores y que será presentado "en dos o tres meses", según Ávila. En él se analiza la incidencia de la piratería en la industria editorial española. Se ha elaborado a partir de técnicas de muestreo, "sobre todo entre la gente joven", y con una metodología "similar a la utilizada enotros países", añadió el director ejecutivo.
Ávila no reveló, por otra parte, si las pérdidas provienen en su mayor parte del pirateo de e-books académicos y científicos o de e-books de literatura, de los que apenas hay oferta de títulos para los lectores (según los últimos datos, su cuota de facturación sólo llega al 1,33% del mercado). "Lo sabremos cuando se haga público el informe", apuntó.
Amenaza de los piratas
Esta información salió ayer a la luz tras una reunión entre la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y los diferentes gremios de editores de España. En ella se habló de piratería de e-books. González-Sinde fue tajante en su discurso ante la prensa: "Hay una amenaza de las descargas no remuneradas".
Sin embargo, no toda la cadena del mundo del libro parece estar de acuerdo con esta afirmación y ni siquiera con los datos de pérdidas esgrimidos por el director de la federación de editores. Así, según manifiesta a Público Elena Ramirez, editora de Seix Barral, "las pérdidas por piratería hoy en día son cero. Yo no he constatado nada, y además, al no haber todavía soportes ni plataformas de distribución, no es posible controlar si hay o no pérdidas por piratería". Además, ella sí indica que en los libros de referencia debe haber afectado: "Para mí [como editora de narrativa] estas cifras son irrelevantes". También asegura que durante los diez años que lleva en su cargo han sido muy pocas veces las que ha tenido que echar mano de abogados para cerrar un enlace que distribuía sus libros.
Desde la pequeña editorial Periférica, Julián Rodríguez tampoco cree que la piratería haya dañado su negocio. "Nosotros hemos constatado algo con los libros de Fogwill, pero ha sido sobre todo en Latinoamérica. Y es una zona que, por su situación económica, ya tenía bastante piratería en papel. Es una traslación a otro soporte. Pero, en general, las medianas y pequeñas editoriales no estamos sufriendo daños por el pirateo", afirma.
Desde otros ámbitos como el de los escritores e incluso los libreros, la apreciación que se tiene de la piratería también se muestra alejada de la contundencia de la Ministra de Cultura y la Federación de Gremios de Editores. Así, según la escritora Care Santos, que ha participado en el Grupo de Trabajo sobre el Libro Electrónico del Ministerio, "los datos parecen un poco ficticios. El mercado editorial, por lo general, suele ser bastante alarmista y se llevan las manos a la cabeza por adelantado". Esto no es óbice, sin embargo, para que la escritora vea de forma positiva que el ministerio se "preocupe y tome conciencia por un problema que puede ocurrir".
Por su parte, Michelle Chevalier, de la Confederación Española de Libreros (CEGAL), concreta que "es cierto que las librerías han perdido dinero en los últimos años, pero no se puede saber si es por la piratería. Está más claro si nos referimos a libros académicos. Ahí sí, pero en los otros sectores, es difícil decirlo".
Curiosamente, ayer también fue el día en el que se hizo público el informe elaborado por el Grupo de Trabajo sobre el Libro Electrónico, del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura. Este grupo fue creado el pasado mes de septiembre y en él han participado escritores, editores, distribuidores, libreros y expertos del mundo de la edición. Además de los debates se han hecho encuestas sobre el e-book a más de 200 editoriales. Sus conclusiones fueron muy concretas: si bien se observa un aumento de la edición electrónica en un 48,2% con respecto a 2008, hasta superar los 12.000 títulos (lo que supone ya el 11,4% de la producción editorial española). Esto significa que es necesario"readaptar el actual marco legal vinculado al libro electrónico",indica el informe. Nuevas normas y más protección para el autor, que llega la piratería.
Más protección al autor
Entre estas cuestiones, el dossier sostiene el imperativo de "actualizar la legislación relativa a los contratos de edición literaria (...), teniendo en cuenta que la explotación de libros electrónicos bajo contratos preexistentes requiere nueva autorización del autor". Insiste a su vez en "la necesidad de contar con autorización expresa del titular de derecho sobre obras protegidas que se difunden de forma masiva en la red, a través de redes P2P o de páginas web (...) Hay lugar para la vía penal cuando la comercialización masiva de libros electrónicos se realiza con ánimo de lucro".
"Todas estas medidas son de sentido común y, además, ya se hacen. Se están haciendo en papel y lo lógico es que también se hagan en formato electrónico", comentaElena Ramírez, de Seix Barral. La defensa de los derechos de autor es evidente. Las conclusiones de este informe no parecen ser ninguna novedadpara los editores.
Tampoco para los libreros ni los distribuidores. En estas páginas se sostiene que las librerías "deben ser el canal natural de venta de los libros", en el formato que sea. Los distribuidores, por su parte, proponen convertirse en repositorios de contenidos digitales a través de la creación de Distribuidores de Activos Digitales, que pondrían en relación a los editores y las librerías. En vez de utilizar el camión para la distribución de libros, ahora sería la Red.
Precisamente, el informe aplaude que plataformas como la que pondrán en marcha Planeta, Alfaguara y Mondadori el último día del próximo mes de mayo, distribuyan sus libros a partir de lasweb de las librerías y cadenas de librerías.
"No conozco el informe pero creo que está muy bien que se muestre preocupación por los cambios en el mercado. Y no veo nada mal que se intenten proteger los derechos de autor. Está claro que si no se protegen al final salimos perdiendo todos", valora Valeria Ciampi, editora de Alianza.
Ahora bien, como indica Julián Rodríguez, de Periférica, aunque él también ve interesante que el Ministerio haya tomado conciencia ya del e-book, "es importante que tome en cuenta otros factores". No debe ser tan celoso ante una posible gratuidad de los contenidos. "No, porque debe haber una dimensión gratuita para ciertos lectores como los parados, los estudiantes... Si eso ya se está haciendo en otros sectores, no sé por qué no se va a hacer en Internet".
El ministerio ya ha enseñado sus cartas sobre lo que pretende hacer en un futuro. La disposición adicional de la Ley de Economía Sostenible, que posibilitará que la comisión de propiedad intelectual puede decidir cerrar una web, entrará en vigor después del verano. Quieren estar listos porque, según su informe, el 2011 será el verdadero año del e-book. "Más de la mitad del catálogo de todas las editoriales ya estará digitalizado" el año que viene. Eso sí, del precio de los libros electrónicos, el ministerio no indica nada. Y será el próximo gran debate.