domingo, 2 de enero de 2011

"El cuarto" de Carmen Rosa Gómez


Día a día la habitación de Marcos se hacía más pequeña. Las paredes se contraían y el espacio, de manera inexplicable, desaparecía. El le rogó a su papá que lo dejara dormir en el sofá aquella noche, cuando para entrar a su habitación debió agacharse como si tratara de meterse en una caja. Pero su padre, creyendo que se trataba de una excusa más para hacer lo que le venía en gana, lo mandó a su cuarto con un grito. A la mañana siguiente Marcos no llegó a desayunar.


Cuentan los amigos de la familia que su padre, agobiado por los cargos de conciencia, ordenó al joyero del pueblo que le hiciera una base de oro de la cual colgarían, llegado el momento, la habitación de Marcos como una medalla sobre su pecho abierto.
Este cuento forma parte de "Precisiones" (Caracas, 2007)

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