martes, 30 de marzo de 2010

Sale a la luz versión expurgada de 'Finnegans Wake' de James Joyce


Tomado de El País
Gustave Flaubert calculaba que para que el público general pudiera apreciar adecuadamente una innovación artística excesivamente revolucionara era preciso que transcurrieran 80 años. En tanto se cumplía el plazo, el autor estaba condenado a vivir un continuo rechazo. Y eso es exactamente lo que ha ocurrido con Finnegans Wake, obra del escritor irlandés James Joyce, considerada la novela más ininteligible de todos los tiempos y de la que hoy se publica la primera versión revisada. Conforme a los cálculos del autor de Bouvard y Pecuchet, todavía faltarían 10 años para que el lector de a pie esté en condiciones de enfrentarse al formidable reto que plantea la novela final de Joyce. Cuando se publicó originariamente, el 4 de mayo de 1939, el veredicto general fue que su autor había perdido la cabeza. Incluso los más fieles partidarios de Joyce tiraron la toalla. Encogiéndose de hombros, el escritor afirmó que calculaba que los críticos tardarían 300 años en descifrarla.

No está muy claro qué suerte de artefacto literario es Finnegans Wake. Ni siquiera está muy claro en qué idioma está escrito. La base es un inglés desnaturalizado por la desaforada inventiva lingüística del autor, que en distintos momentos de la obra incorpora oraciones e incluso párrafos enteros en 70 idiomas. Algunos la han definido como una frase de 700 páginas, otros como una palabra de medio millón de caracteres. Sólo que todas estas opiniones se referían al texto de la primera edición, que nadie se había atrevido a tocar jamás. Hasta ahora. Hace unas semanas, se anunció solemnemente la publicación del texto revisado de Finnegans Wake, noticia que ha causado una verdadera conmoción en círculos literarios anglosajones. La editorial que ha tomado la iniciativa responde al nombre de Houyhnhm (como la raza de caballos inteligentes que figuran en Los viajes de Gulliver).

Lo cierto es que la edición original no era muy fiable. Durante los 17 años que duró el proceso de composición, entre copias y revisiones llegó a haber 20 versiones diferentes. El texto que entregó Joyce a los editores estaba bastante corrupto. Él mismo señaló la existencia de errores, pero estaba ciego, lo cual no lo convertía en el corrector idóneo. La ingente tarea de revisión la iniciaron hace 30 años dos expertos, Danis Rose y John O'Hanlon, que forman un tándem formidable, ya que entre los dos cubren los campos de la filología y la física teórica. Juntos han llevado a cabo una exhaustiva revisión de un corpus textual que comprende más de 20.000 páginas de notas manuscritas repartidas en 60 cuadernos. En total se ha detectado 9.000 errores.

Tras una ceremonia casi ritual celebrada hace unas semanas en el castillo de Dublín, como deferencia a la ciudad natal del autor, la editorial Houyhnhm lanzará oficialmente la versión expurgada de Finnegans Wake hoy en su sede de Londres. Quienes tengan curiosidad por ver el resultado deben prepararse para pagar un precio bastante elevado: 300 euros por la edición básica y 900 por la especial, ambas encuadernadas en piel de becerro negro. A diferencia de lo que ocurre con el precio, la nueva versión de la obra es mucho más accesible que la original. Se ha llegado incluso a hablar de coherencia, lo cual ha causado cierta consternación entre algunos adeptos. La posibilidad de que el libro se pueda comprender podría arrebatarle el aura de misterio que lo rodea. No todo el mundo comparte esa preocupación. El secretario de la Sociedad Finnegans Wake de Nueva York, Murray Gross, conduce los encuentros mensuales de aficionados que se citan desde hace dos décadas para leer el libro. Y siempre ha sostenido el carácter democrático de la obra. Ve a esta edición una ventaja incontestable: "El nuevo texto tiene 120 páginas menos, lo que quiere decir que al ritmo que llevamos, tardaremos cinco años menos en leerla".

lunes, 15 de marzo de 2010

Antonio Tabucchi vuelve con "El tiempo envejece deprisa"


Tomado de ADN.es
Antonio Tabucchi regresa al cuento con 'El tiempo envejece deprisa' (Anagrama, Edicions 62), un conjunto de nueve relatos ambientados en Europa que son a la vez, una radiografía del viejo continente y un desafío al paso del tiempo por parte de sus protagonistas.

El autor de 'Sostiene Pereira', la más célebre de sus novelas, explicó hoy en Barcelona las particularidades de un género que le gusta de una forma particular y, como en el título, supone una lucha contra el tiempo, ya que, según aseguró, una vez se empieza un cuento, no se puede dejar. "El cuento es como un soneto en poesía, es una forma cerrada. Hay una atmósfera que la pierdes si te vas", dijo el escritor.
Si para el escritor, la novela es como una casa que cierras con llave cuando te vas, el cuento es como un apartamento alquilado: "Puede que vuelvas y hayan cambiado la cerradura". A riesgo de quedarse fuera, el italiano encierra en este volumen nueve cuentos que son un homenaje a las 'Nine stories' de J. D. Salinger, en su opinión, el libro de cuentos más bello del siglo XX.
Gran parte de los relatos están ambientados en Europa del Este, en Hungría, Polonia, y Rumanía, países que se quedaron "congelados" hasta la caída del Muro de Berlín y cuando volvieron, lo hicieron con "otro calendario". La lucha contra el tiempo comparte peso con la nostalgia, un sentimiento que para Tabucchi es mucho más que "el deseo de algo hermoso que hemos perdido".
Así, y confirmando que se puede tener nostalgia de "lo peor", el escritor dibuja a un espía alemán que echa de menos el muro de Berlín, y a un judío rumano que una vez recuperado en Israel de los horrores de las dictaduras, añora sus años en Bucarest.
Los cuentos son, pues, un retrato de los ciudadanos europeos, pero hechos como en los cuadros de Giuseppe Arcimboldo, que componía rostros humanos a partir de flores, frutas, y verduras. "Están las verduras dentro de mi mirada. En esta composición no hay frutas exóticas", remarcó el escritor, en referencia a su óptica inequívocamente mediterránea.
Tabucchi aprovechará su presencia en Barcelona para clausurar el ciclo 'Pensar el futuro' que organiza el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), con una conferencia que llevará por título 'El futuro del azar', y que como subtítulo toma prestada una frase de Carlo Levi: "El futuro tiene un corazón antiguo".
Reflexionando sobre el futuro de Europa y de su país natal, Italia, Tabucchi arremetió contra el momento "populista" que vivimos, en que la educación se canaliza por la televisión y los políticos que más éxito tienen son, en su opinión, "los que más simplifican su razonamiento".
"En Italia, la palabra intelectual es un insulto", lamentó, al tiempo que denunció la deriva racista de su país, con guarderías como las de Goito, en las que sólo dejan entrar a niños cristianos, o con ideologías xenófobas como la de la Liga Norte, un partido "hostil a Italia" que en Navidad organizó en la localidad de Cocagglio la campaña 'White Christmas', formada por rondas de blancos "dando caza" a los inmigrantes.
Tabucchi (Italia, 1943) observa esa realidad desde un nivel superior, como en la fotografía de portada del libro; un artista subido en unos zancos observando los Alpes que para el escritor debería llevar por título 'El heroísmo de lo inútil'. "Eso es lo que me gusta", confesó, además de admitir que hacer literatura, como para ese personaje, es un esfuerzo: "Es como ponerse de puntillas para ver un poquito más allá", concluyó.

domingo, 14 de marzo de 2010

"Aplastamiento de las gotas"
de Julio Cortázar


Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes, mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.

Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.

martes, 2 de marzo de 2010

Divulgan las cartas de amor de Fernando Pessoa


Tomado de ABC
"Fernando Pessoa escogió la literatura simplemente porque no podía escoger el amor" escribe Tabucchi en el prólogo de "Cartas a Ophelia", el libro que recoge el epistolario del genial poeta portugués a Ophelia, su casto amor, y que se publica ahora con las ilustraciones de otro grande, Antonio Seguí.

Así, la editorial El Zorro Rojo ha rescatado a otro clásico para embellecerlo y ponerlo al día con las ilustraciones del artista argentino Antonio Seguí, residente en París desde 1963 y considerado uno de los mayores artistas contemporáneos.

El resultado es este bello libro, que ha estado ausente de las librerías más de 20 años y que pone de relieve otra de las caras de Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), y eso que ya es difícil, porque Pessoa, aunque en esencia fue uno, se desdobló en cuatro. Una conciencia poética y psíquica fragmentada que dio varios heterónimos, como Ricardo Reis, Alberto Caeiro, Alvaro Campos o Bernardo Soares.

Un amor secreto y casto
"Cartas a Ophelia" reúne las 48 cartas que escribió el poeta a su joven amada, el único amor que se le conoce, cuando él tenía 32 años y ella 19. Divididas en las dos etapas que ocupó esta relación sentimental. Durante 1920 y de 1929 a 1930. Ophelia Queiroz era una mecanógrafa en las oficinas Félix, Valladas & Freitas de Lisboa, donde Pessoa se ocupaba de traducir la correspondencia comercial.

"Un día se fue la luz en la oficina. Freitas no estaba y Osorio, el 'grumete', había salido a hacer unos recados. Fernando fue a buscar una lámpara de petróleo, la encendió y la puso encima de mi mesa. Poco antes de la hora de partida, me alcanzó una notita que decía 'Le pido que se quede'. Yo permanecí expectante. Por entonces ya había notado el amor de Fernando hacia mi; y yo, lo confieso, también le encontraba gracia...".

Y este fue el punto de partida para esta relación, de la que Tabucchi en el extenso y profundo prólogo escribe: "Inscrita entre la parodia de la declaración de Hamlet a Ofelia, en pequeñas notas ocultas en cajitas de caramelos.. la historia de este amor secretísimo y casto, de tan optimista puerilidad y a la vez tan carente de esperanza, podría parecer ridícula acaso, si no participara, exactamente como los auténticos grandes amores, de lo ridículo y lo sublime".

Unas cartas que también tienen ficción porque aparece la heteronimia de Pessoa, ya que el ingeniero Alvaro de Campos, el único homosexual de sus personajes, también se presenta a Ophelia. "Mi querido y pequeño bebé", "Mi querido y pequeño amor". "Mi bebé pequeño y travieso". En estos términos se refiere Pessoa a su amada, en unas cartas que pueden resultar algo "naïves", para un personaje tan complejo y rico como Pessoa, tan moderno y de verdad.

Cartas que hacen referencia a los horarios, a la vida cotidiana y que para Tabucchi muestran una relación "neurótico, maniática, como son los amores que por norma duran toda una vida: exactamente lo contrario de algunas pasiones liberadoras, arrolladoras y basadas enteramente en los riñones, No: éste fue, sin saberlo, un matrimonio y como tal se alimentó de costumbres".

El libro también incluye una antología de poesías amorosas compuestas por el autor durante y después de la relación. "Todas las cartas de amor son/ridículas. No serían cartas de amor si no fuesen/ridículas. También en mi tiempo escribí cartas de amor/como las demás/ridículas. Las cartas de amor, si hay amor, tienen que ser ridículas". Así escribe Alvaro de Campos el 23 de octubre de 1935. Roto ya el encanto.