lunes, 15 de marzo de 2010

Antonio Tabucchi vuelve con "El tiempo envejece deprisa"


Tomado de ADN.es
Antonio Tabucchi regresa al cuento con 'El tiempo envejece deprisa' (Anagrama, Edicions 62), un conjunto de nueve relatos ambientados en Europa que son a la vez, una radiografía del viejo continente y un desafío al paso del tiempo por parte de sus protagonistas.

El autor de 'Sostiene Pereira', la más célebre de sus novelas, explicó hoy en Barcelona las particularidades de un género que le gusta de una forma particular y, como en el título, supone una lucha contra el tiempo, ya que, según aseguró, una vez se empieza un cuento, no se puede dejar. "El cuento es como un soneto en poesía, es una forma cerrada. Hay una atmósfera que la pierdes si te vas", dijo el escritor.
Si para el escritor, la novela es como una casa que cierras con llave cuando te vas, el cuento es como un apartamento alquilado: "Puede que vuelvas y hayan cambiado la cerradura". A riesgo de quedarse fuera, el italiano encierra en este volumen nueve cuentos que son un homenaje a las 'Nine stories' de J. D. Salinger, en su opinión, el libro de cuentos más bello del siglo XX.
Gran parte de los relatos están ambientados en Europa del Este, en Hungría, Polonia, y Rumanía, países que se quedaron "congelados" hasta la caída del Muro de Berlín y cuando volvieron, lo hicieron con "otro calendario". La lucha contra el tiempo comparte peso con la nostalgia, un sentimiento que para Tabucchi es mucho más que "el deseo de algo hermoso que hemos perdido".
Así, y confirmando que se puede tener nostalgia de "lo peor", el escritor dibuja a un espía alemán que echa de menos el muro de Berlín, y a un judío rumano que una vez recuperado en Israel de los horrores de las dictaduras, añora sus años en Bucarest.
Los cuentos son, pues, un retrato de los ciudadanos europeos, pero hechos como en los cuadros de Giuseppe Arcimboldo, que componía rostros humanos a partir de flores, frutas, y verduras. "Están las verduras dentro de mi mirada. En esta composición no hay frutas exóticas", remarcó el escritor, en referencia a su óptica inequívocamente mediterránea.
Tabucchi aprovechará su presencia en Barcelona para clausurar el ciclo 'Pensar el futuro' que organiza el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), con una conferencia que llevará por título 'El futuro del azar', y que como subtítulo toma prestada una frase de Carlo Levi: "El futuro tiene un corazón antiguo".
Reflexionando sobre el futuro de Europa y de su país natal, Italia, Tabucchi arremetió contra el momento "populista" que vivimos, en que la educación se canaliza por la televisión y los políticos que más éxito tienen son, en su opinión, "los que más simplifican su razonamiento".
"En Italia, la palabra intelectual es un insulto", lamentó, al tiempo que denunció la deriva racista de su país, con guarderías como las de Goito, en las que sólo dejan entrar a niños cristianos, o con ideologías xenófobas como la de la Liga Norte, un partido "hostil a Italia" que en Navidad organizó en la localidad de Cocagglio la campaña 'White Christmas', formada por rondas de blancos "dando caza" a los inmigrantes.
Tabucchi (Italia, 1943) observa esa realidad desde un nivel superior, como en la fotografía de portada del libro; un artista subido en unos zancos observando los Alpes que para el escritor debería llevar por título 'El heroísmo de lo inútil'. "Eso es lo que me gusta", confesó, además de admitir que hacer literatura, como para ese personaje, es un esfuerzo: "Es como ponerse de puntillas para ver un poquito más allá", concluyó.

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