martes, 16 de junio de 2009

Un relato inédito de Onetti


Tomado de El País
"En cuanto lo hicieron pasar, Carner comprendió que aquel viernes iba a ser distinto". Así arranca El último viernes, relato inédito del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti (Montevideo, 1909 - Madrid, 1994) que este mes publica la revista literaria Turia para conmemorar el centenario del nacimiento del autor. El texto, hallado por la hija de Onetti, cuenta la historia de un periodista (Carner) y sus rutinarias entrevistas con un policía (Miller). Fue escrito en los años cincuenta, a lápiz, en un cuaderno de tapa dura y sin renglones, cuando el autor vivía en el barrio bonaerense de San Telmo. "Este relato, ajustado a las claves de desarraigo y pesimismo que caracterizan la literatura de Onetti, no va a ser publicado en sus obras completas", señala a ELPAÍS.com por vía telefónica el director de Turia, Raúl Carlos Maícas.

El original del manuscrito fue donado el pasado mes de marzo por Isabel María Onetti a la Biblioteca Nacional de Uruguay. En aquella ceremonia de entrega, la hija del escritor contó que el cuaderno con el manuscrito quedó olvidado en el apartamento en el que el escritor, su esposa e Isabel María vivían en San Telmo. "En el cuaderno había también unos palotes, porque yo hice mis primeros ejercicios de escritura en sus páginas, y luego lo utilicé como diario íntimo" señaló Isabel a Montevideo.com . "Luego dejé de emplearlo como diario y lo abandoné. Pero antes extraje las hojas (escritas por mi padre) para conservarlas" agregó la hija del escritor.

Según relata en un comunicado el escritor hispanouruguayo Fernando Aínsa, que ha coordinado el número monográfico, El último viernes demuestra que para Onetti la literatura era "mentir bien la verdad". "De ahí que ocultara en sus relatos los aspectos más evidentes de una acción o un argumento para darle un aura de ambigüedad y hacer relativa toda posible certeza".

Autor de obras como El pozo, Los adioses, La vida breve o El astillero, Onetti se convirtió en una figura de culto en la literatura hispanoamericana. Si bien no alcanzó la reputación universal de compatriotas como Mario Benedetti, recientemente fallecido, es el único uruguayo acreedor del Premio Cervantes. Buena parte de los miembros del club de los onettianos, en expresión de Maícas, se da cita en este número de Turia, cuya aparición se enmarca dentro de un ciclo de actos se celebran a ambos lados del Atlántico y que culminan el primero de julio, día en que nació Onetti.


Isabel María Onetti, hija del único Premio Cervantes uruguayo, declaró en la sala José Pedro Varela de la Biblioteca Nacional, que la entrega del manuscrito al Archivo Onetti no es "un tema de generosidad, sino de responsabilidad, de deber cumplido".

Refirió posteriormente la azarosa peripecia del documento. Según relató, El último viernes fue escrito por Juan carlos Onetti en un cuaderno de tapas duras, que quedó en el apartamento que el escrito compartía con su esposa y su hija en el barrio porteño de San Telmo. "En el cuaderno había también unos palotes, porque yo hice mis primeros ejercicios de escritura en su páginas, y luego lo utilicé como diario íntimo" dijo Isabel, agregando que "luego dejé de emplearlo como diario y lo abandoné. Pero antes extraje las hojas escritas por mi padre para conservarlas".

Dichas hojas , estuvieron extraviadas, o más bien traspapeladas "de tan bien que las guardé", rió la hija de Onetti. Finalmente, en el año 2006 los documentos fueron reencontrados, y entregados a Helena Corbellini, escritora y funcionaria de la Biblioteca Nacional.

Isabel María Onetti señaló que "estos papeles se deterioran inexorablemente" y agradeció la labor de conservación de la biblioteca, así como su traspaso a formato digital. "Este es un archivo que no está cerrado", afirmó, y exhortó al resto de los familiares del escrito a "hurgar en los desvanes" en busca de fotos o documentos que enriquezcan el acervo.

Tomas de Mattos, Director de la Biblioteca Nacional, coincidió con la la hija del escrito en cuanto a la apertura del Archivo Onetti, "que está totalmente digitalizado, y a disposición de todos los investigadores y lectores del mundo".

Valoró también la importancia de rescatar manuscritos de un autor tan complejo como Onetti, ya que en ese tipo de documentos, se ven el alma y las vacilaciones humanas del artista, incluso en las obras que son desechadas por su creador.

Hugo Achugar, Director de Cultura del MEC, agregó que además de "la cocina del escritor", en el manuscrito "está el aura de Onetti, y eso tiene un valor inconmensurable".

A su turno, la Ministra María Simón destacó la condición de escritor urbano de Juan Carlos Onetti, que supo mantenerse "al margen de pintoresquismos" y cuya literatura guarda quizá más similitudes con la actual que con la de sus contemporáneos. Valoró también la conservación de un manuscrito donde puede verse " la actividad humana de una personalidad rica y compleja como la de Onetti".

"El papel es frágil como soporte material, pero fuerte como portador de ideas" opinó la Secretaria de Estado, quien anunció que el año 2009 -año del centenario del escritor- es declarado por el MEC como Año de Onetti, circunstancia que redundará en diversas actividades, y que tendrá repercusiones internacionales. La Ministra destacó el caso de España, patria adoptiva del autor uruguayo.

Celebración
En el marco del centenario de Onetti, serán numerosos los eventos relacionados con la persona del escritor. De momento, la editorial banda oriental reeditó el libro de Omar Prego Gadea, "Onetti, perfil de un solitario", donde el autor -biografo y amigo personal de Onetti- traza una rica y valiosa semblanza del autor de "El pozo" y "El astillero".

Por su parte, la también escritora y biógrafa de Onetti, María Esther Gilio, comparecerá en una entrevista en el programa de TV El LadOculto, conducido por Gerardo Sotelo. En dicho programa, Gilio reconoce haber mantenido una relación sentimental con Onetti. Según informó, dicha relación tuvo lugar cuando ella era una jovencita y él un hombre ya maduro, pero que no pasó más allá de un fugaz intercambio de besos.


Comienzo de 'El último viernes', de Onetti
"En cuanto lo hicieron pasar, Carner comprendió que aquel viernes iba a ser distinto. Creyó recordar tímidas premoniciones, trató de protegerse despidiéndose de la larga sala de espera que acababa de dejar, de la noche o el día eternos que imponían los tubos fluorescentes, de la humanidad pobre y silenciosa que se rozaba los hombros en los bancos sin respaldo, conservando rígidos los cuerpos durante horas, temiendo que su abandono significara la renuncia a su esperanza".

No hay comentarios: