domingo, 4 de enero de 2009

Se detuvo el latido de la poeta Lydda Franco


Lydda Franco, Celsa Acosta y Eugenio Monjeto en la XI Semana Internacional de la Poesía (Foto: Carmen Rosa Gómez)

Caracas, martes 03 de agosto, 2004


La muerte, caramba, esa cosa tan ingrata, llegó una vez más a robarse un trozo de las letras venezolanas. El corazón de Lydda Franco Farías, la gran Lydda, perdió su larga lucha por la vida en la madrugada de este lunes.
Poeta esencial, de gran vitalidad, luchadora incansable, defensora de lo femenino y de lo cotidiano, Lydda Franco Farías no dejó que su padecimiento cardiaco debilitara su fuerza poética.
Nacida en Falcón, en 1943, se radicó en el Zulia, donde vivió hasta sus últimas horas.
Su trajinar por las letras nos deja una larga lista de títulos publicados, donde destacan Poemas circunstanciales, Summarius, Recordar a los Dormidos y Una.
De Una (1985) vale exaltar algunos de sus versos, que son vivo testimonio de su labor literaria.
UNA es tan sentimental

UNA es tan fiel tan perrunamente fiel

que asquerosamente fiel es UNA

UNA se asoma al espejo y comprueba lo que no es

sabe que cara va a poner/ que silencio va a arriar

que píldora de domesticidad va a tener que tragarse

qué anticonceptiva es UNA

UNA queda tendida

knock out

para reaparecer al día siguiente

pidiendo la revancha.
Con uno de sus grandes vestidos se presentó el pasado jueves 22 de julio en la XI Semana Internacional de la Poesía, en lo que sería su última lectura ante más de 400 personas. Allí, con un brazo en un cabestrillo y apoyada en su bastón, participó en un recital junto a autores como Luis Muñoz, de España; Alessandro Ceni, de Italia, y Tone Skrjanec, de Eslovenia.
Dedicó el recital, como todos en los que participó durante los últimos años, a su hija, la ausente pero siempre presente Mirna, con quien de seguro ya se reencontró.

Por Carmen Rosa Gómez
El Universal

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